8 de marzo: Día Internacional de las Mujeres

8 de marzo: Día Internacional de las Mujeres

Manifiesto para el 8M elaborado por alumnas de Literatura Universal de 1º de Bachillerato.

¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Mujer justo el 8 de marzo? ¿Por qué lo celebramos? Si echamos la vista atrás, el 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, nos recuerda varias conmemoraciones relacionadas con la igualdad y los derechos de las mujeres.

Algunas de las fechas clave de la lucha feminista son:

  • El 8 de marzo de 1857, en plena revolución industrial, las mujeres  neoyorquinas que trabajaban en la industria textil organizaron una huelga: peleaban por salarios justos y condiciones laborales más humanas. Al manifestarse, fueron detenidas. 
  • En 1859, las manifestantes crearon su primer sindicato para pelear por sus derechos.
  • El 8 de marzo de 1908, 51 años más tarde, alrededor de 15,000 mujeres volvieron a salir a las calles de Nueva York para exigir un aumento de sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y prohibir el trabajo infantil. El eslogan que utilizaron fue «Pan y Rosas»: el pan representaba la seguridad económica, y las rosas una mejor calidad de vida.
  • En 1910, tuvo lugar el segundo encuentro Internacional Socialista de Mujeres, en Copenhague, Dinamarca. En esta ocasión, se propuso fijar un día simbólico –en torno al 8 de marzo– que sirviera para reivindicar los derechos de todas las mujeres, principalmente el derecho al voto.
  • Finalmente, en 1975 la ONU reconoció el día 8 de marzo de manera oficial.

A través del recuerdo de estos hechos, el 8 de marzo es un día en el que se celebran los derechos conquistados por las mujeres en todos los ámbitos y conmemora la larga historia de luchas y sacrificios de muchas personas para conseguirlos. El trabajo por la igualdad y por los derechos de las mujeres es una cadena que viene de atrás. 

El feminismo, por lo tanto, es un movimiento que ha ganado fuerza en los últimos años y que debemos entender como una lucha en conjunto y un esfuerzo prolongado en el tiempo. Así, se entiende cómo cada generación hemos ido heredando el deber de luchar por nuestros derechos y por los de las generaciones venideras.

«Si miraras con nuestros ojos, gritarías igual», «Sola no voy a cambiar el mundo, pero juntos y juntas sí». Son frases que resumen la necesidad de que todas las personas comprendamos la perspectiva de las mujeres, nos unamos a las reivindicaciones del 8 de marzo y nos pongamos a andar. La falta de comprensión y empatía ha sido una de las mayores barreras en la lucha por la igualdad. Aunque ha habido progreso en ciertos ámbitos, la igualdad plena no ha sido alcanzada. Las mujeres continuamos luchando por el derecho a ser tratadas con respeto y dignidad en todas las áreas de nuestra vida. 

«Cría a tus hijos de la misma manera que a tus hijas», es una reivindicación simple pero poderosa que podría ayudar a erradicar la desigualdad de género. La educación y la crianza son fundamentales para crear una sociedad más justa y equitativa. La sociedad debe cambiar su manera de criar a las nuevas generaciones, «basta de criar machitos violentos y princesas indefensas».

«¿A qué mujer de tu vida tendrían que violar o matar para que te preocupes por la violencia de género?». Es una pregunta que resalta la necesidad de que todas las personas se preocupen por la violencia de género, no solo cuando afecta a alguien cercano. La violencia de género es un problema que afecta de una manera u otra a todas las mujeres, en primer lugar, y a todos los hombres. Solo se puede erradicar si trabajamos juntos y juntas para erradicar todo tipo de violencia en nuestras vidas. 

Creemos que esta lucha es tanto de  mujeres como de hombres. Por ello, nos sorprenden y preocupan las preguntas que escuchamos a nuestro alrededor muy a menudo:  “¿qué tiene que ver con nosotras ahora el ocho de marzo?” o “¿qué nos falta realmente por reivindicar? Quien lo pregunta sigue creyendo que no tenemos nada por lo que luchar. Quien lo pregunta, sigue pensando que nuestra sociedad ya ha avanzado lo suficiente y que ya existe la total igualdad. Por eso queremos dar a conocer las desigualdades machistas que ocurren también aquí. 

Nosotras, adolescentes, hemos presenciado ataques machistas que están demasiado normalizados, haciendo que no parezcan agresiones. Normalizar las pequeñas violencias  hace que muchas personas le resten importancia al machismo que sufrimos día a día en nuestro entorno.

Somos jóvenes y no podemos hablar en primera persona de las diferencias salariales o las desigualdades en el acceso a distintos puestos de trabajo. Pero sí podemos hablar de los sucesos que vemos y sufrimos en los distintos ámbitos de nuestra vida: en fiestas, en el ámbito familiar o en clase, donde a menudo escuchamos comentarios y sufrimos situaciones machistas, por muy pequeñas que sean.

Normalizar las injusticias y las desigualdades lleva a que no seamos conscientes de la necesidad del 8 de marzo y sus reivindicaciones. Por eso queremos dar voz a nuestra lucha diaria, a nuestros conflictos silenciosos, remarcando que el machismo es un problema que no nos queda lejos, que está entre nosotras y lo sufrimos a diario. 

Nosotras, con 16 años, queremos seguir con la cadena que las mujeres de generaciones pasadas nos han dejado, para seguir luchando por nuestra igualdad. Al igual que nosotras nos hemos unido a esta cadena, esperamos que las nuevas generaciones que ahora nos estáis escuchando os unáis también a esta lucha.

Agradecemos profundamente a las mujeres valientes que lucharon por nuestros derechos en el pasado, y nos comprometemos a seguir adelante para dejar un mundo más justo para las futuras generaciones. Esta es nuestra lucha. Gora borroka feminista.

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