8 de marzo, todos los días: la necesidad de unir las voces de las mujeres

8 de marzo, todos los días: la necesidad de unir las voces de las mujeres

Cuando se acerca el 8 de marzo, los días previos, todo nuestro entorno se viste de color morado, nos vestimos de feminismo. Las palabras «mujer», «chica», «niña», «feminismo», se escuchan y leen en diferentes mensajes, manifiestos y declaraciones. Indagamos en la historia para destacar las biografías de mujeres que han tenido un protagonismo especial en diferentes ámbitos y momentos significativos; buscamos testimonios de famosas del mundo deportivo actual, del ámbito político, del ámbito de las ciencias, o del ámbito literario y cultural; las situamos frente a los altavoces para que sus voces se escuchen alto y claro; enfocamos las cámaras y los vídeos expresa y directamente a las mujeres; ponemos sus miradas, sus cuerpos, en el centro de diversos carteles y portadas.

El 8 de marzo las mujeres adquirimos más fácilmente la centralidad y el protagonismo que no tenemos de manera tan evidente a lo largo del año. Si saliéramos todos los días a la calle como si fuera el 8 de marzo, ¿cómo podríamos adquirir los espacios, los discursos y los liderazgos que también deben ser nuestros? ¿Cómo utilizaríamos nuestras palabras, miradas, gestos, cuerpos y mensajes como si cada día fuera el 8 de marzo?

Necesitamos mujeres con voces que resuenen y reclamen; voces sonoras, directas, claras, eficaces, en todos los rincones de esta sociedad y de este mundo, para incidir en ese cambio social que sigue siendo imprescindible; porque en la variedad de nuestros contextos cercanos como lejanos, la discriminación por género y sexo sigue generando dolorosas fracturas sociales; porque la implantación y desarrollo de políticas que velen y prioricen la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres sigue siendo una necesidad urgente; porque la necesidad de valorar, los cuidados y, asimismo, de reconocerlos y distribuirlos de forma equitativa y equilibrada sigue siendo una de nuestras mayores reivindicaciones.

Las voces sonoras de las mujeres siguen siendo necesarias: voces con las que sigamos denunciando situaciones de exclusión y vulnerabilidad de cientos de mujeres que se han esforzado por ocupar su lugar con valentía a lo ancho del mundo; voces con las que afrontamos la excesiva presión que chicas y mujeres tenemos que soportar sobre nuestros cuerpos y sobre nuestro aspecto físico, el exigente canon de belleza establecido, la hipersexualización; voces con las que dirijamos programas eficaces de coeducación para la igualdad, el respeto y la no violencia; voces que se escuchan en las reflexiones y debates públicos que deben enfrentarse a la cultura machista y a la violencia sexista.

Organizar y sumar las voces de chicas, mujeres y feministas con las que expresamos tanto el compromiso personal como colectivo, sigue siendo un reto prioritario. Desde Jesuitak queremos expresar nuestro firme compromiso de sumarnos de manera indudable a este reto en Durango: participando activamente en la red de centros educativos; incidiendo y priorizando la necesidad ética de la educación y denunciando las injusticias contra las mujeres; colaborando, manifestando, demandando y canalizando desde una actitud corresponsable y constructiva junto a las asociaciones, proyectos y organizaciones que empoderan a las mujeres y luchan contra todo tipo de violencia hacia las mujeres y niñas.

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